Partimos de la unión como base de un discurso que pretende atraer y formar un bloque sólido. Más fuerte. Más grande. Se tejen los eslabones y estos pueden conjugarse en armonías visuales. Todos como militantes, simpatizantes, creyentes de una ideología capaz, según ellos, de transformar la vida pública y llevarla a un desarrollo más igualitario, más incluyente, menos depredador, menos egoísta. Las características pueden formar parte de unos cuantos pero deben propagarse a los demás. Fluir y esparcirse a todas latitudes.
La izquierda ha pretendido caracterizarse por un símil en varios aspectos a lo descrito anteriormente. El anti-capitalismo. La corriente que va contra la represión del Estado, contra la mafia del poder, contra el salinismo, contra las trasnacionales, contra la clase en el poder. Han conquistado en varias zonas, poblaciones, incluso estados, pero tal parece que no pueden controlar la victoria o el camino a esta. Y es que, mientras siguen su trayecto van acribillando a sus propios compañeros que intentan adelantarse, aquellos que no siguen la vereda señalada, cuyas huellas parecen ser más fuertes y marcadas, los que desafían lo que para muchos seguidores es incuestionable por la autoridad de quien ordena verdades no debatibles.
La izquierda en nuestro país sigue siendo construida con bases egoístas, intolerantes, excluyente e igualitaria en derechos pero no en obligaciones. No hace falta que un derechista los intente liquidar cuando ellos mismos lo hacen. Se auto-destruyen. Tratan de imponer en un diálogo donde no hay cabida para las ideas que no encajan con las de quien toma la palabra o está al frente. La depredación quizá no sea hacia la tierra pero sí hacia la humanidad. No importa si son asambleas de partido, generales, extraordinarias, de barrios, de comités o comunales. En ellas se devora lo que se encuentra. Se sacia con las difamaciones y las críticas destructivas.
El 14 de Octubre el EZLN lanzó un comunicado titulado "Que retiemble en sus centros la Tierra". Tras ello hubo reacciones por distintos militantes de izquierda donde se cuestionó por un lado y se apoyó por otro la posible postulación de una mujer indígena como candidata a la Presidencia de la República en 2018. Será interesante ver las reacciones ya en tiempos electorales oficiales. Si la negociación impera por encima de la división. Si los zapatistas son capaces de unir a un país, y sobre todo, a las comunidades indígenas de nuestra nación. Será interesante ver la capacidad política de AMLO en la construcción de un proyecto de nación.
La izquierda debe voltear a ver los problemas por encima de sus rivales políticos. Como señala Pedro Kumamoto, "Pareciera que en este país es noticia que alguien quiere ser votado, pero no que alguien lucha por sus derechos... Pareciera que a veces causan más revuelo los votos que la vida." Resulta increíble como no se habló de las atrocidades señaladas en el comunicado del EZLN que han sufrido distintas comunidades a lo largo y ancho del país.
Hoy se requiere una izquierda, que como dijera Roger Bartra, "sea capaz de entender en qué momento estamos viviendo en el mundo". Las buenas intenciones no bastarán. Llegar al poder de poco servirá si no se tiene un plan ideado para combatir el desarrollo trunco nacional. Más allá del sistema de gobierno, más allá de la construcción que se requiere, los albañiles deben cambiar no solo de nombre sino de esencia. Pues no podemos construir colectividad con egoísmo. No podemos sembrar paz con odio. No podemos cosechar armonía con discordia.
Hoy requerimos una izquierda que no se cierre. Una izquierda, como señala Denise Dresser, "abierta a nuevas ideas, nutrida por las ideas de ciudadanos del mundo, de aquellos que tienen propuestas diferentes y prácticas distintas." Y para ello habrá que voltear al pasado pero entendiendo que debemos ser mejores. Que la unión no solo se logra con aquellos que piensan igual que nosotros sino nutrida de distintas perspectivas para moldear el rumbo que nos lleve a un sano equilibrio donde impere la paz y el desarrollo pueda ser pleno de acuerdo al contexto de cada población. Como mencionara el Subcomandante Marcos, "El mundo que queremos es uno donde quepan muchos mundos".
CHINGON BRO
ResponderBorrar