Se dice pero no se reflexiona. Se instruyen datos pero no se comparten causas que propicien el debate. Los niños, adolescentes y jóvenes mexicanos aprenden hechos históricos erróneos que dan como producto la ignorancia sobre su pasado, sobre sus ancestros, sobre su patria. Una y otra vez ahí están, aquellas historias muy bien contadas pero cuya veracidad dejan muchas dudas. Aunque la duda no aparece muy frecuente en los alumnos. Solo se les ordena. Anulando toda cuestión, toda opinión. La autoridad es ejercida para crear seres que permanecen callados y que cuando hablan no cuentan con los suficientes fundamentos para argumentar.
Durante mucho tiempo se han celebrado diferentes fechas aunque quienes participan en el festejo no tengan idea de los motivos. Algunos más no saben qué festejan. El mexicano busca pasar un rato con los amigos, con los cuates, con los compas. Sin más allá que una convivencia. Sin más allá de una visión inexistente y de un pasado que no proyecta un futuro donde se aprende de los errores cometidos atrás. Cualquier día. Cualquier época. Sin sentido histórico aunque sí patriótico. O al menos eso parece. Celebrando el cumpleaños de un dictador aunque muchos crean que es el grito de independencia. Ahí las iglesias cristianas de diferentes denominaciones celebrando el día que un sacerdote gritó: ¡Viva la Santísima Virgen de Guadalupe! Aunque algunos otros señalan que la frase era: ¡Viva la religión católica!
Pero hay mucho antes de aquel grito y de los Niños Héroes. Un hecho que varias potencias han cometido sin ser señalados como criminales. Para ellos es el Día de la Raza; el descubrimiento de América. La ilusión es presentada como un intercambio entre culturas. En ese intercambio no hay masacres. No hay muertos. No hay asesinados ni asesinadas. Parece una historia donde dos familias muy queridas se unieron. Pero una vez más, es falso.
Según el antropólogo Darcy Ribeiro, antes de la llegada de los europeos a tierras americanas, existían en el continente americano setenta millones de nativos. Después de consumarse la conquista ya solo había tres millones y medio. Sí. No fue solo un intercambio cultural o comercial. Hablar del 12 de Octubre es señalar el genocidio sufrido en América Latina a manos de los europeos. El porcentaje de muertes supera por mucho al de la primera o segunda guerra mundial. Incluso, el porcentaje de muertes en el lugar, supera al de ambas guerras juntas.
Pero hemos aprendido que las personas que guardaron y ejecutaron maldad han sido los narcotraficantes. Que fue Hitler. La historia la escribe el vencedor. España jamás se ha disculpado por el genocidio. Y es probable que no lo haga. Y es más probable aún que muchos americanos, originarios de alguna comunidad indígena desconozcan tal acto. La ignorancia ha consumido a nuestros pueblos originarios. La amenaza contra su identidad ha estado presente desde el afamado descubrimiento de estas tierras que se creía pertenecían a la India. Pero no.
Celebrar el llamado "Día de la Raza" es como si festejaras el día que te golpearon, el día que te asaltaron, el día que alguien te contagió de alguna enfermedad. Seguir instruyendo a los alumnos de esta falsa historia y muy a conveniencia de nuestros conquistadores es nutrirlos de más desconocimiento. No somos la Nueva España. No somos de la India. Somos parte de los pueblos originarios de América Latina. Somos parte de distintas razas aguerridas. Con nuestra propia cosmovisión. Con nuestra propia cultura. Donde el fuego arde y muy fuerte. Donde la llama no ha sido apagada. Somos nuestras raíces. Nuestras voces. Nuestro honor comunitario. Nuestra fortaleza.
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