DESDE EL BAÑO DE LA IBERO

La noche ha llegado para muchos. Es oscura y con la peculiaridad de que el amanecer no se acerca ni un poco. Pareciera que el abismo es cada vez más grande. Mientras tanto algunos ven la luz prometida que resulta ser una ilusión vendida como tantas otras en medio del juego donde cada uno busca el llegar a la silla presidencial. Algunos mexicanos prefieren no seguir con la ilusión y retroceder a las cavernas donde la comodidad es mayor que la presentada afuera de estas.

Y en medio de esa noche se encuentra el partido en el poder. Y en el frente marcha Enrique Peña Nieto. Sin rumbo fijo. Decaído. Desalentado. Mintiendo. Huyendo. Ya no es novedad que salga del país en plena crisis nacional. Su soledad lo acompaña en medio de las tinieblas junto con las burlas que han imperado desde su toma de protesta. Una tras otra. Meme tras meme. Avalancha de facebookeros y tuiteros que no dejan pasar una sola oportunidad para dejar desnudo al rey. Para mostrar a nuestro mandatario en su ignorancia.


Quién fuese el rostro que los regresaría al poder en 2012 se ha convertido en la máxima amenaza para seguir otro sexenio. Sus errores, sus ineficacias. Desde Aytozinapa hasta Nochixtlán. Desde el baño de la Ibero hasta la humillación en Canadá. La más grande desventaja para el PRI rumbo a las elecciones del 2018 seguirá hasta el año de esa contienda. Esa desventaja se puede resumir en tres letras: EPN.

Esta vez no son solo abucheos. No es el mal humor. Es el cinismo con que se ha mostrado una y otra vez nuestro presidente. Es su descaro. Son las afamadas reformas estructurales que serían la piedra angular para el desarrollo nacional y han terminado sumiéndonos en una coyuntura donde el precipicio parece inminente. Es el hartazgo de una sociedad que poco a poco despierta y deja las cavernas.

Son esas promesas que estuvieron presentes en los medios pero que no aparecen en la realidad. He ahí los gasolinazos. Esos que con mucha seguridad Peña Nieto mencionó que ya no habría, mostrándolo incluso, como un hecho histórico. Ahí las alzas a las tarifas de la electricidad. Es cierto, como señaló Enrique Ochoa, que las alzas no afectarán de manera directa a los bolsillos de la mayoría de los hogares del país. Pero el costo, que sí incrementará, en las industrias, ¿quién creen que lo va a pagar? Por supuesto que todos los mexicanos de manera indirecta al pagar más por los productos ofrecidos. No veremos, la mayoría, un incremento en el pago del recibo de luz. Pero si nos daremos cuenta de como lo que consumimos nos costará más porque las empresas sí tendrán que pagar más.

Aun faltan dos años para que este gobierno vea la bandera cuadros. Para que la pareja presidencial salga de Los Pinos. Mientras tanto seguiremos viendo como las reformas siguen llevando a este país a las profundidades del abismo. Algunos se esconderán, como lo hiciera cuatro años atrás el entonces candidato y hoy presidente de México en la Ibero. Otros tantos comienzan a salir y observar el panorama. Contemplar los destrozos que quedan. Las penas que embargan a quienes viven en la pobreza. A aquellos que tienen familia pero no empleo.

Seguir en la apatía política sería hoy un grave error. El trayecto que le falta recorrer a este gobierno es poco. El nuestro es mucho mayor. Podemos seguir en la inercia contemplativa. Podemos seguir escondiéndonos. Podemos seguir en el baño de la Ibero. Podemos ocultarnos. Pero la realidad no se oculta. No se desvanece. Esta seguirá ahí. Esperándonos. La otra opción es enfrentarla. Tejer esas redes que están débiles entre la sociedad. Sin codicia. Sin protagonismo. Por amor a nuestra patria y a nosotros mismos. Sin esperar nada a cambio. Para que los niños se desarrollen en un ambiente armónico. Para que tengamos mejores gobernantes. Y esto último solo lo lograremos cuando tengamos mejores ciudadanos de lo que hoy hemos demostrado ser.

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