Humillados. Heridos. Muertos. Las ilusiones ensangrentadas se conjugan con una realidad poco distante de lo que ha sido el PRI a lo largo de su historia. Quizá la única distancia existente sea la de los años. Armas más modernas. Mejores estrategias para mantener su control. Más recursos monetarios. Una imagen disfraza con rostros más jóvenes pero con las mismas mañas heredadas, generación tras generación. Sexenio tras sexenio. Gobierno tras gobierno.
El 8 de mayo de 2013, miembros del Gobierno y de la CNTE lograron firmar el siguiente acuerdo:
Y como se puede observar en el último compromiso de la minuta, ambas partes acordaban "privilegiar el diálogo". Pero queda claro que algo pasó. ¿Por qué el gobierno decidió encarcelar a los líderes con quiénes había negociado por años? Y más importante aun, ¿por qué ahora? ¿Por qué ahora si los expedientes ya existían desde años atrás? ¿Acaso apenas se dieron cuenta que los tenían? No lo creo. Año tras año líderes chantajeaban y el Gobierno se dejaba chantajear. La cúpula magisterial sirvió por mucho tiempo al partido en el poder como una franquicia electoral. Un voto duro siempre y cuando les dieran lo que pedían. Pero en algún punto se les salió de control. Su ingenuidad fue muy grande.
La masacre de Nochixtlán en Oaxaca, nos deja claro que el diálogo no ha sido privilegiado. También que Aurelio Nuño no llegó a la SEP como cabildero para negociar sino como prefecto para hacer cumplir lo que ya se aprobó. Y de ahí que no estuvo presente en la reunión que se llevó a cabo este miércoles. Los fallecidos nos confirman que este no es un nuevo PRI. Que sus estrategias siguen siendo las mismas. Que siguen estando dispuestos a matar, ahogándose en su orgullo aun cuando la misma OCDE, quien fuese uno de los promotores, les ha pedido que den vuelta atrás en la afamada reforma educativa.
El uso de la fuerza por encima del diálogo nos hace parecer que no hemos progresado. Que aun seguimos viviendo en las cavernas. Que la tecnología inventada por el hombre nos ha servido para nuestra propia destrucción. Que la civilización que presumimos tener en este siglo es solo en apariencia. Que la humanidad ha podido construir puentes, aviones, autopistas, computadoras, celulares, drones. Pero se ha olvidado de su comunicación esencial.
Mientras tanto en los hogares, en las calles, en los pasillos, en los salones de clases, escuchamos una gran preocupación que embarga a muchos mexicanos. Una situación que parecería una crisis nacional. El común denominador en estas charlas es: la selección mexicana de futbol. Por más increíble que parezca. ¿Desde cuando los futbolistas se convirtieron en héroes nacionales? ¿En qué maldito momento creímos o nos hicieron creer eso? ¿Desde cuando la crisis de un equipo de futbol es una crisis nacional? ¿Por qué estar más atentos a los partidos que a lo sucedido en el Congreso? Porque nos madrugaron senadores y diputados aprobando una ley 3 de 3 descafeínada, pero seguramente esa transmisión no la siguieron como la cobertura de la Eurocopa o la Copa América.
Ahí acribillada. Nuestra educación no tiene un rumbo que nos pueda llevar a un futuro esperanzador. Es esta goleada la que debería preocuparnos. La que recibe la educación en México. Es este el tema que debería ser debatido en las mesas de cada hogar. ¿Qué hacer para facilitar el aprendizaje y comprensión de la lectura en los niños mexicanos? ¿Qué dinámicas y actividades realizar para que adolescentes y jóvenes aprendan de manera eficiente el álgebra, la trigonometría, la geometría analítica, la estadística y el cálculo? Son esas las estrategias que deberíamos estar discutiendo y no si nuestra selección nacional debería de jugar de un modo u otro. Si debería cambiar de entrenador. Si deberían reducir los extranjeros en los clubes mexicanos. Es la educación el eje central del desarrollo de cualquier nación y el soporte para la prosperidad.
Mientras seamos apáticos políticamente seguiremos gobernados por los peores hombres. Mientras seamos apáticos educacionalmente seguiremos teniendo una educación deficitaria. Mientras estemos más preocupados por los futbolistas que por los maestros este país seguirá estancado y anclado por nuestra propensión a la conformidad. Por que este país no progresará el día que seamos campeones de la Copa América o del Mundo. Sino cuando los mexicanos contribuyamos en algo, por más mínimo que sea, en el bienestar de los demás. Instruyendo, compartiendo experiencias, publicando cosas útiles.
Los temas están en la mesa. Siempre han estado y seguirán ahí. Desde llegar al quinto partido hasta mejorar la instrucción pública. Nosotros elegimos qué debatir. Nosotros elegimos porqué preocuparnos. Nosotros elegimos si seguimos viviendo en la ilusión nacional, como lo describe Olallo Rubio, o aterrizamos en la realidad donde hay mucho trabajo por hacer. Solo espero que la próxima vez que te preocupes por un tema, valga la pena. Valgan tus palabras. Valga tu tiempo. Que no te madruguen. Que no te goleen. Tengamos amor a nuestra camiseta. Tengamos amor por este país que nos vio nacer y que pide a gritos hagamos algo por él. Tengamos amor por México.
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