¿EN QUÉ MOMENTO?

México, ¿en qué momento perdiste la esperanza que te hacía mantener vivo? ¿En qué momento la desilusión fue parte de tu vida diaria? No sé, pero yo nací con una mágica imaginación convertida en ilusión tras cada instante de mi vida. Por lo menos en mis primeros cinco años. La desesperanza no era algo que pudiera afectarme ya que simplemente esta no podía habitar en mí. La tranquilidad tan grande imperaba no como consolación sino un modo de resguardar sentimientos encontrados dónde solo los buenos terminaban existiendo. Esa curiosidad que alcanzaba una llamarada muy grande, y poco a poco alguien la comenzó a apagar. Tal vez no fue una persona sino muchos.

México, ¿en qué momento pusiste los pies en la tierra si tenías las alas tan grandes para volar en lo más alto? Cómo pudiste aterrizar en lugar de seguir el vuelo. Y mientras nos quedamos en la tierra, muchos nos invadieron por aire y por mar para quitarnos lo más preciado que hoy no podemos apreciar. ¿En qué momento te dijeron que necesitabas mariguana para volver a volar? ¿En qué momento pensaste en crear una ilusión para alejarte de la realidad en lugar de cambiarla? Y así escribiste, así compusiste, así cantaste, así te envenenaste, así te suicidaste.

México, ¿en qué momento saliste a marchar en lugar de quedarte a educar? ¿En qué momento pensaste en utilizar a la educación como una moneda de cambio político en lugar de un arma de cambio social? ¿En qué momento seguiste a tus líderes sindicales o consejeros sin saber para que los seguías? Y es que desde hace mucho que el liderazgo se acabo en ti mismo que dejaste que otros lo asumieran. Ahí envestido como seguidor en lugar de comandar el ejército. Ahí esperando al héroe que cambiara la inercia en vez de salir a cambiarla tú.

México, ¿en qué momento las cortinas de humo sirvieron como pretexto para no atender cada problemática nacional? Porque la agresión de Miguel Herrera a Martinoli es una cortina de humo para tapar la petición para deportar a Laura Bozzo, lo cual es una cortina de humo para tapar la fuga de "El Chapo", lo cual es una cortina de humo para tapar la reforma en salud, lo cual es una cortina de humo para tapar la "Casa Blanca", lo cual es una cortina de humo para tapar lo de Ayotzinapa, lo cual es una cortina de humo para tapar la compra de la Presidencia de la República de Enrique Peña Nieto, lo cual es una cortina de humo para tapar las muertes que dejó la guerra de Calderón, lo cual es una cortina de humo para tapar el fraude electoral del 2006, lo cual es una cortina de humo para tapar el fraude electoral de 1988. Y así nos la llevamos, viendo cortinas en lugar de quitarlas.

México, ¿en qué momento te sentaste a contemplar cómo el futuro se te iba de las manos? Un presente tan malo que es rellenado por futuro. Y ese futuro es incierto. Ese futuro que te negaste a asegurar. Quizá te guste la adrenalina. Quizá te guste lo difícil. Pero es inaceptable que las nuevas generaciones hereden una nación maltratada, acribillada, mutilada. Quizá ya te cansaste como nuestro antiguo procurador. Que bien si ya viviste. Que mal si tienes hijos, nietos o bisnietos a los cuales dejarás una porquería por doquier.

México, ¿en qué momento se volvió rutina suicidarte? Empezaste a asesinar a quienes decían lo que no querías. Creíste que sembrabas temor pero lo único que lograste fue crear hartazgo. Y ese hartazgo puede ser convertido en odio fácilmente. Y ese odio será la esencia de muchos hijos tuyos que no se hartarán de sus fuerzas hasta que destruyan a su patria, a su madre. Puedes dejar de tocar el gatillo. Puedes dejar de apuntarte y arrojar el arma. México, que no te inunde la cobardía. Deja tus dichos populacheros que hacen sentirte más mediocre y débil. Necesitamos fuerza. Necesitamos coraje. Necesitamos agallas. Pero ahora es necesario combinar las anteriores con sabiduría. Pídela si no la tienes porque la necesitarás. Aun podemos encontrar por donde entra el agua al barco y dejar de inundarnos. Solo es necesario algo: dejar el presente pasado y comenzar el presente futuro. Y ese presente futuro es tuyo, es nuestro. ¡Y de nadie más!

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